Menudo disgusto más grande. Resulta que mi querida amiga Elena Latón me regala una foto suya y voy yo y la pierdo. Ahora, el mirarla, lo único que veo es el dibujo de un saxofonista con las narices enormes.
¿Vosotros sois capaces de encontrar a Elena?
¡Buff, menos mal! La he encontrado y aquí está la solución.
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